jueves, 19 de julio de 2007

Negociación colectiva en Chile

La reciente declaración de la Conferencia Episcopal respaldando la movilización de las organizaciones sindicales de los subcontratistas de Codelco es una excelente señal para que la ciudadanía tome de una vez por todas conciencia sobre las graves deficiencias que presenta el actual sistema de negociación colectiva para canalizar las demandas laborales de parte importante de los trabajadores chilenos.

Esta situación es tremendamente compleja desde el punto de vista social, ya que genera reacciones violentas y contribuye a arraigar las inequidades salariales, la desigualdad de oportunidades y a privar al país de vías efectivas para avanzar hacia una verdadera flexibilidad laboral fundada en la conciliación de los legítimos intereses empresariales con la también legítima necesidad de protección de los derechos laborales. Así lo demuestra la experiencia de Irlanda o Dinamarca con el modelo de la “flexiseguridad”, que les ha permitido a esos países alcanzar rápidamente mayores niveles de desarrollo económico y social, con tasas de sindicación y negociación colectiva cercanas al 80% de la fuerza laboral.

Por el contrario en Chile, según la ENCLA 2004, sólo en el 19,6% de las empresas se negocia colectivamente, lo que significa que en el 80,4% restante los trabajadores no tienen posibilidad reales de ejercer este derecho fundamental, careciendo casi totalmente de oportunidades para mejorar sus condiciones laborales. Mientras esto no cambie, seguiremos siendo un país que crece en base a la ineficacia de la normativa laboral y a la injusticia social. Por eso los anuncios del Gobierno para enfrentar este problema y cumplir con los tratados internacionales sobre la materia es una señal de esperanza tras años de oscurantismo.

Que San Expedito los ilumine.

3 comentarios:

RODRIGO I. PALOMO VÉLEZ dijo...

Estimado Eduardo, ciertamente la negociación colectiva es el tema que debe ocupar el núcleo esencial de la agenda laboral del Gobierno. Reconociendo avances en materia de descentralización productiva y relaciones laborales y en la justicia del trabajo, la gran deuda desde el retorno a la democracia es fotalecer, en serio, la organización sindical en Chile. Demostrado está ya que la organización de trabajadores no es un fantasma del crecimiento. económico. Lo que queda entonces es concretar las buenas voluntades.

Facundo Giordano dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Facundo Giordano dijo...

A lo certeramente señalado por Usted en esta carta, quisiera agregar un detalle no menor denunciado por el padre Fernando Montes, Rector de la Universidad Jesuita Alberto Hurtado, quien critica la nula o mínima cobertura que los medios de comunicación hicieron respecto a la declaración de la Conferencia Episcopal. Ya sabemos propiedad de quien son en gran medida los medios de comunicación en nuestro país, sin embargo de todos modos indigna ver como los intereses del empresariado están por sobre los intereses del progreso general del país. Generalmente no concuerdo con las opiniones de la Iglesia, pero en este caso fueron bastante acertadas. Para desgracia de quienes podrían haber recibido el mensaje, los medios de prensa defensores de los intereses de unos pocos, quisieron otra cosa. Así es Chile.