viernes, 26 de junio de 2009

Chile en la OCDE: Penosos delirios de grandeza

Hasta el cansancio los medios de prensa nos bombardean con noticias sobre lo cerca que estamos de ingresar al famoso club de países VIP que integran la OCDE. Si hasta al Ministro Velasco le brillan los ojos cuando se refiere al tema y poco falta que nos cuente las mandas que ha hecho a Santa Rita de Casia, para que la anhelada invitación se haga efectiva durante el actual Gobierno y éste puede pasar a la historia como la administración que llevó al Chile del Bicentenario a las grandes ligas.

Llama la atención la escasa atención que se da a las preocupaciones reales de los ciudadanos de a pie, a quienes nada le dicen las cifras macro o microeconómicas que tanto excitan a los tecnócratas de turno, así como el nulo interés que se ha prestado a las recomendaciones de la OCED para avanzar en la solución de los verdaderos problemas del país como es el caso de la inequidad salarial, la escasa tasa de sindicalización o la baja cobertura de la negociación colectiva, por mencionar sólo algunos, que colocan a Chile a años luz aún de la realidad laboral y social de los países verdaderamente desarrollados. Eso sin mencionar otras carencias mayúsculas nuestras, como la calidad de la educación.

Sin embargo, leyendo El Mercurio o La Tercera pareciera que sólo falta que se apruebe la ley que levante el secreto bancario en favor del SII para que podamos ver el glorioso arcoiris del desarrollo.

La realidad está tan trastocada y desviada de las verdaderas necesidades de las personas que hasta Alicia luego de haber estado en el País de las Maravillas se sorprendería. Con todo, para desgracia nuestra, la protagonista de Lewis Carrol se despierta y vuelve a su mundo normal, mientras que nosotros seguimos obligados a ver el mundo a través de la prensa desde este surrealista espejo al revés al que nos conducido el neoliberalismo y de la tecnocracia concertacionista.

1 comentario:

Cruz Cáceres dijo...

Yugular comentario, un buen y conocido dicho dice que la caridad empieza por casa, en vez de mirar tan lejos en el horizonte, debiéramos mirar lo que nos pertenece y lo que nos compete, recién tocamos el tema de esa ley que pronto permitiría al SII conocer información del secreto bancario, se supone que evitaría la evasión del impuesto, pero lo ha visto al parecer de una perspectiva mas bien negativa (si es que sea una ironía lo que dice del arcoiris).
Me gustó la analogía con Alicia, en general sirven muy bien para ilustrar las ideas, por un momento imagine que la Reina de Corazones sería nuestra Pdte. Bachelet cortándole la cabeza de vez en cuando a algún ministro.

Cruz Cáceres Palta.