jueves, 15 de enero de 2009

Mujer, trabajo y crisis económica

La crisis económica que se desataría durante el 2009 ha vuelto a posicionar a las trabajadoras como uno de los grupos más vulnerables para enfrentar los vaivenes económicos, reapareciendo para ellas el temido fantasma de la precariedad y del desempleo. De allí que entre las medidas que ha anunciado y sin duda anunciará el Gobierno, las mujeres y los jóvenes ocupan un lugar destacado.
Ante este atemorizante porvenir cabe preguntarse por qué son siempre los mismos los más expuestos a sufrir los inconvenientes del lado oscuro de nuestra sacrosanta economía de mercado, a pesar de los esfuerzos realizados a través de políticas sociales, de empleo, educativas y de innumerables reformas legales tendientes a asegurar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el empleo. Sin pretender dar una respuesta definitiva, dado que ésta conlleva múltiples factores, deseo vertir algunas opiniones desde la óptica del Derecho del Trabajo y de la forma en que la ley laboral puede contribuir a un mejoramiento de la situación de la mujer, toda vez que el actual panorama deja bastante que desear y en el Chile de hoy es mucho más difícil ser mujer que hombre. En efecto, poseemos la más baja tasa de participación laboral femenina en América Latina, las trabajadoras están expuestas a una congénita discriminación laboral que se traduce en remuneraciones y condiciones laborales inferiores a las de los hombres y, además, para enguindar la torta, se jubilan antes que los hombres, tienen un menor ahorro previsional y deben distribuir sus escasos recursos por un mayor número de años, pues su expectativa de vida es mayor. ¿Qué falla entonces en el modelo laboral que hemos heredado de los Chicago Boys? En mi opinión, la gran falencia es que sistema aún se sostiene sobre la apolillada premisa de “hombre trabajador y mujer cuidadora”, por lo que los avances normativos de los úlimos años han ahondado en una igualación de género formal, pero no han liberado a la mujer de las responsabilidades familiares, de tal manera que sólo ellas arrastran una pesada mochila que afecta sus reales oportunidades en el empleo. La ley considera a la mujer como única responsable del cuidado del hogar y de los hijos, lo que se constata al revisar las normas de protección a la maternidad, mientras que al padre se le asigna el rol de trabajador que antepone sus intereses personales a los de la empresa. Somos una sociedad a imagen de Los Picapiedras: Pedro trabaja y Wilma cuida a la niña y mantiene el hogar. Lo grave, es que le negamos a Wilma el derecho a desarrollarse en el empleo, a Pedro el poder cuidar a su hija y a ésta el cuidado y cariño de ambos padres.
Si aspiramos a ser un país desarrollado de verdad debemos cuestionarnos de una vez por todas este modelo y construir un nuevo pacto que asegure a mujeres y a hombres el derecho a iguales oportunidades en el empleo y a poder armonizar sus responsabilidades familiares sin discriminación, pero mientras en la TV los comerciales de detergentes sigan mostrando sólo a las mujeres lavando los platos, este sueño no será sino una suave y perfumada burbuja de jabón.

3 comentarios:

Rodrigo Albornoz dijo...

Efectivamente con la crisis podemos ver la pretensión de muchas más mujeres de buscar trabajo. Central es que ese trabajo no sea precario, ofrezca crecimiento laboral y seguridad social.

boz dijo...

Profesor, la lucha por reevindicaciones de la mujer es una batalla que deben dar las propias mujeres porque mientras el machismo nacional provenga de ellas mismas jamas podra haber una igualdad de genero como ya hace varios años lo piden los movimientos feministas.

Son las mujeres las que provocan que el machismo imperante en la sociedad chilena se mantenga, pues son ellas mismas que imbuidas por ideas machistas desde sus padres, colegio, universidad, trabajo, etc, aceptan, legitiman y justiifcan injusticias con su genero, injusticias que no las ven como tales y no las ven como injusticias porque el velo del machismo esta en su ADN.
Para un cambio es necesario despertar la conciencia de clase, en este caso, la clase es todo el sexo femenino.

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo en gran parte con lo dicho por el profesor, sin embargo hay que preguntarse otras cosas. ¿Si Wilma se queda en casa, es siempre por que no puede salir a trabajar? o muchas veces se queda por que para ellas es mas valioso el contacto permanenete con sus hijos? le interesa más ir a cortar uva y dormir en galpones lejos de sus hijos? o ir a fregar platos a la casa de alguna señorita Wilma de la alta sociedad que ha conseguido algun titulo en alguna venta de ocasion en alguna Universidad de Mall? (ademas de la discriminacion que sufure por la existencia de un ingreso minimo inferior para los empleados de casa particular)¿tal vez ir a revisar poleras a algunas industria de capitales coreanos? etc. etc. Si la mujer ha de salir a trabajar, dejando de lado el cuidodo diario de los hijos (que tb nos corresponde a los hombres) y no sólo hablamos de cuidar sus necesidades materiales sino tambien espirituales, debe hacerlo a un ambiente laboral digno, donde se compense debidamente el sacrificio que hace. Creo que las mujeres con trabajos calificados salen a trabajar por una cuestion de crecimiento personal, pero muchas de las obreras, asesoras del hogar, barrenderas, etc, salen a trabajar porque si no lo hacen pues ya no tendrán con que alimentar a sus hijos. Por otra parte, si el Gobierno estimula el trabajo femenino no lo hace por el crecimiento personal de la mujer, ni por dejar atras el machismo, lo hace por incorporar mano de obra barata, para ello crea jornadas compeltas en los colegios y guarderías, permite las discriminaciones remuneracionales etc. Veámos que está pasando en los hogares donde ambos padres trabajan, pues los niños quedan gran parte del dia en un colegio donde no se estimula para su crecimiento valórico, su desarrollo artistico, el amor por la naturaleza, por el conocimiento (sin sanciones de malas notas) etc. etc. Estoy de acuerdo plenamente en que las mujeres tengan la posibilidad de trabajar, pero por sobre que tengan la LIBERTAD de trabajar. Para tal libertad se requiere eliminar en cierta medida la necesidad, de manera tal que la mujer elija salir a buscar un trabajo, y no se vea hasta porque está hasta el "cogote" porque su marido está cesante y si no trabaja ella nadie come. En fin, creo que el problema es mayor y sólo se comenzará a solucionar cuando las crisis las compartamos todos,cuando el Estado Chileno en vez de dar y dar y dar a los empresarios para que no reduzcan sus utilidades y guarden su dinero bajo el colchon, aplique una politica impositiva acorde con las multimillonarias utilidades empresariales y deje de una vez por todas de ampararse en la falsa proteccion de la pymes, que siempre es la mayor virgen de su religion neoliberal.

Saludos.